En la culinaria popular de Río de Janeiro existen algunos platos que son comunes en los menús de los restaurantes y bares de la ciudad. Muchos tienen influencia europea adaptada al gusto local. Como el Picadillo de Carne, de origen portugués, que se sirve acompañado de huevo poché, banana frita y diferentes salsas.
También el Caldo Verde, sopa hecha a base de papa hervida, col picada y pedazos de chorizo portugués. Tradicional entre los cariocas es el Filete a la Osvaldo Aranha, homenaje a un diplomático y político brasileño, que nunca decía que “no” a un filete cubierto de ajo frito, acompañado de arroz, farofa (harina de mandioca rehogada con mantequilla, ajo, huevo y tocino) y papa portuguesa. Entre los antipasto o aperitivos, la Sardina Frita es lo que más se pide en los bares. Descamada, pincelada con yema de huevo, pasada por harina de maíz y frita, se sirve en porciones.
. En una ciudad a orillas de mar, nada como la sopa Leão Veloso, servida con pescado, camarones, mejillones, calamares y cangrejo, una adaptación de un plato de la culinaria francesa hecha por el embajador de Brasil en Francia en los años 1920, Paulo Leão Veloso. Presente en todos los bares y restaurantes, en cualquier barrio de la capital, está la Feijoada, preparada con frijoles negros, condimentado con pedazos de carne de cerdo, acompañada de farofa, arroz, col rehogada, rodajas de naranja y de la caipirinha, bebida que mezcla cachaça (aguardiente de caña), limón y azúcar.
No menos típico y vendido por ambulantes en la playa es la galleta aireada, Biscoito Globo, con Mate bien frío. Los vendedores ambulantes de estos productos recibieron el título de Patrimonio Cultural Carioca.
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