Cerca de dos horas en coche de la capital llegamos a Nova Friburgo, ciudad serrana de Rio, que desde 2017 ha ganado oficialmente el título de “Suiza Brasileña”. Según historiadores, alrededor de 260 familias suizas, venidas del rincón de Fribourg (razón del nombre del ayuntamiento) fueron ellos los colonizadores del local. Atraídos por el imperador de Brasil, D. João VI, vinieron para poblar la sierra. La inmigración que está conmemorando 200 años.
En los fines de los años de 1970 hubo una reaproximación con el país europeo, surgiendo la Association Fribourg-Nova Friburgo (AFNF) en Suiza y su pareja brasileña, la Associação Nova Friburgo-Fribourg (ANFF). Juntas han incentivado el intercambio, la cooperación entre los países y el estímulo a las tradiciones.
En la estrada Teresópolis-Friburgo, cerca del kilómetro 18, miramos la Casa Suiza, una de las principales atracciones por su arquitectura típica y por abrigar un verdadero complejo turístico. Ya en la parte externa, una estatua de Guilherme Tell, el mayor héroe suizo. En el interior, además de un centro cultural con auditorio, biblioteca con ejemplares de la literatura suiza, galerías de arte, salón con muestras de la Guarda Suiza del Vaticano, tienda con regalos, la cervecería artesana Alpendorf (una de las muchas marcas del local), hay también el Memorial de la Colonización, la “Queijaria Escola” (una escuela de quesos) y la Chocolatería.
En le Memorial, una exposición permanente presenta la vida de los colonizadores con la riqueza de los detalles y documentos. Un sistema multimedia no los permite acceso histórico a los primeros inmigrantes y el país europeo como lo es hoy. En la Escuela de Queso y en la Chocolatería son difundidos el arte suizo de hacer queso y chocolate a la leche.
Recorriendo la ciudad miramos la influencia de la inmigración. En la región conocida como Amparo, encontramos el Auberge Suisse, posada y restaurante fundado por una pareja suiza, que mantiene el clima de tierra natal en el ambiente temático y en su gastronomía. En el centro, en la Plaza del Suspiro, la atención de vuelve al teleférico. Son dos partes, en la primera hay bollos, playground para niños, restaurante y mirador. En el segundo, en el alto del Morro de la Cruz, con sus más de mil trescientos metros.
Nova Friburgo todavía revela al visitante muchos puntos turísticos, un clima bucólico y la muy rica naturaleza de los lugares como Lumiar y São Pedro da Serra.
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